La atención espiritual de las personas en tiempos de Coronavirus

“El amor al prójimo se expresará muchas veces en el respeto a las normas que la autoridad sanitaria y eclesiástica ha señalado”, un llamado a la prudencia y autocuidado en este tiempo de pandemia manifiesta Monseñor Juan Ignacio Gonzalez, en un instructivo la atención espiritual de los fieles.

Instrucciones para la atención espiritual en tiempo de Coronavirus

Dificultades actuales y experiencias adquiridas

1. Todos conocemos bien las dificultades actuales para el desarrollo de nuestra misión pastoral. Sin embargo, con la gracia de Dios, hemos ido descubriendo caminos para poder estar siempre junto a nuestras comunidades, llevando la Palabra de Dios y los Sacramentos de la fe, que son esenciales para la vida cristiana.

2. La presente actualización tiene por finalidad poner a disposición de todos algunas indicaciones que han surgido a la luz de la realidad y la evolución que ha experimentado la pandemia del coronavirus y las experiencias que hemos ido acumulando en la atención pastoral en estas circunstancias.

Presencia de los sacerdotes en sus comunidades

3. Es muy importante y necesario que los sacerdotes estén en sus parroquias o lugares de servicio acompañando a sus comunidades. En el caso de los sacerdotes mayores o con riesgos sanitarios habrá que tomar medidas de aislamiento que les hagan imposible la presencia física, pero siempre será posible la presencia por los medios digitales. Llamadas telefónicas, whatsapp, correos electrónicos, videos y teleconferencias, entre otras, son herramientas para hacer sentir a nuestras comunidades la presencia de la Iglesia, la compañía de los pastores, la palabra que anima y la esperanza que mantiene vivo el espíritu misionero. Esto es especialmente necesario respecto de los agentes pastorales, que son los naturales trasmisores de la información y la formación.

Cercanía a las personas y familias que más sufren

4. La pastoral social, es decir, la cercanía y evangelización con aquellas personas, familias y comunidades que más sufren es hoy una prioridad para nuestra Iglesia. Por esta razón es necesario convocar a todos a participar con la oración y su generosidad en todas las iniciativas que expresen el amor y la cercanía a los más pobres y desvalidos. En este sentido, integrarse en la Campaña Cinco Panes y Dos peces es una manera efectiva de hacer realidad nuestro compromiso con los más carenciado.

Esa participación puede ser para todos mediante la contribución económica que permite llegar con alimentos, vestido y calefacción a esas personas y familias y para otros haciéndose voluntarios en las tareas de distribución y preparación de las ayudas solidarias.

Cultivar la vida espiritual personal y familiar

5. Estos tiempos de quedarse en casa y cuarentena son muy aptos para cultivar en nuestra vida personal y comunitaria una vida espiritual más profunda, especialmente a través de la lectura y meditación de la Palabra de Dios. También para formarse por medio de los diversos servicios que han sido puestos a nuestra disposición por las redes sociales (Páginas webs, redes sociales parroquiales, sistemas de formación de las Vicarías, servicio de videos seleccionados como Netfe.cl u otros).

El uso de los medios digitales

6. Sabemos que los medios digitales nunca pueden sustituir la presencia física y las celebraciones litúrgicas. Sin embargo, pedimos especialmente a los sacerdotes y consagrados, que pongan al servicio de sus comunidades, a través de los medios digitales, métodos para conocer la Palabra de Dios y rezar con ella, mientras las actuales circunstancias se mantengan.

Mantener los templos abiertos

7. Fuera de los casos de cuarentena obligatoria, es conveniente mantener los templos abiertos, de manera que las personas puedan asistir para orar, evitando cualquier aglomeración y cumpliendo todas las normas sanitarias dadas por la autoridad. El protocolo que ha de cumplirse en este caso es análogo al que se utiliza para el acceso a lugares públicos (mantener la distancia social, uso obligatorio de mascarilla, sin aglomeración, lavado de manos, sanitización, etc.). Pedimos también mantener la atención de las secretarías en las formas que sea posible y respetando los protocolos vigentes.

Descubrir la manera de atender a quienes buscan consejo o contención

8. Para las personas que necesiten una ayuda espiritual, consejos o contención sigue en funcionamiento el fono ayuda “No estás solo”. Celular número +56954161031 que entrega acompañamiento espiritual y consejos en este tiempo.

Mantener la continuidad en la formación

9. Aunque se comprende que es difícil, es necesario mantener los intentos para que los procesos formativos como la catequesis, la pastoral juvenil y otras actividades pastorales puedan tener cierta continuidad. Esto es muy importante para el momento de volver a la normalidad. Los medios virtuales son un buen camino para esta etapa. No hay inconveniente, por ejemplo, asumiendo las cautelas necesarias, en tener alguna reunión con los catequistas, siempre en grupos de hasta 10 personas como máximo (separados a más de un metro cada uno y con mascarilla), o alguna celebración de la Santa Misa con ellos.

Celebraciones religiosas en lugares públicos y actividades de formación

10. Por el momento no están permitida la realización de fiestas religiosas o procesiones públicas con presencia de fieles. Mientras dure la crisis sanitaria o no se establezca otro criterio, no están permitidas las actividades pastorales presenciales como cursos de formación, charlas u otras manifestaciones. Invitamos a hacer estas actividades en modo online.

Celebración de los sacramentos

11. Bautismo. Cuando las condiciones sanitarias lo permiten se deben celebrar bautismos individuales, estando presentes como máximo 10 personas de acompañantes, los cuales deben guardan las distancias exigidas y tomar las medidas sanitarias (uso de mascarilla y lavado de manos). En caso de bautismos de varios niños deben adoptarse las medidas especiales de separación y distribuir por la Iglesia los grupos, que en total no pueden ser de más de cinco personas cada uno, hasta un total de 20 asistentes en el templo. El agua ocupada para el rito debe ser nueva y bendecida para cada bautizo. En caso de necesidad extrema, cualquier persona, incluso no bautizada, si tiene la intención requerida, puede bautizar. En las zonas con cuarentena legal solo es posible el bautismo de emergencia.

12. Confirmación. Salvo que algún fiel lo requiera por una urgencia, este sacramento debe postergarse hasta que pase la situación crítica de la pandemia y pueda celebrarse en comunidad.

13. Santa Misa y Eucaristía. El sacramento de la Eucaristía celebrado diariamente debe hacerse con la presencia de pocos fieles, a lo más quince personas distribuidas adecuadamente en todo el templo (una por banca y la protección indicada). Hay que hacer lo posible para que las personas que soliciten recibir la Eucaristía fuera de la celebración de la Santa Misa puedan recibirla. La comunión, por ahora, debe darse en la mano. Si no es posible regular la asistencia de ese número de personas, conviene continuar con la trasmisión de la Santa Misa por las redes. Progresivamente y conforme a las normas de las autoridades sanitarias, se caminará hacia una progresiva normalización. Mientras la situación no cambie, invitamos a los fieles a que puedan participar en las misas a través de las diferentes plataformas digitales.

14. Matrimonio. En cuanto a los matrimonios programados, como ya se indicó, si no se pueden postergar, pedimos que se realicen en grupos pequeños (quince personas, máximo), en las parroquias y siguiendo las directrices de las autoridades sanitarias (distancia social, mascarillas, espacio amplio y evitando toda aglomeración). No se deben celebrar matrimonios en zonas declaradas en cuarentena, con excepción de los casos in articulo mortis.

15. Confesión o Reconciliación. Es conveniente establecer las medidas oportunas para que quien lo desee pueda recibir este sacramento, cumpliéndose todas las exigencias dadas por la autoridad sanitaria, vale decir, evitando toda aglomeración, en un espacio amplio, con distancia social, usando mascarilla y cumpliendo las normas de higiene. Se recuerda que, cuando no se pueda acceder al Sacramento de la Reconciliación, se puede hacer el acto de contrición perfecta, entendiéndose por tal “un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar” y si se trata de faltas graves con el propósito de confesarse de esos pecados en cuanto resulte posible.

16. Unción de los enfermos. Pedimos encarecidamente a los sacerdotes acompañar a los enfermos y administrar este sacramento, siempre cumpliendo las medidas sanitarias correspondientes, para estar especialmente próximos a quien sufre en su cuerpo y en su alma, y en particular de las personas que se encuentran en el trance de la muerte. El sacerdote asistente debe procurarse los elementos de protección necesarios, que pueden pedirse al Vicario General Mario Bernal, cuando sea del caso.

17. Funerales y cementerios. La celebración de funerales y uso de los velatorios de las Iglesias y capillas están permitidos si se respetan las normas sanitarias de todos conocidas. No se deben reunir más de 10 personas en el lugar donde se vela al difunto. Lo lógico sería que asistieran los familiares más directos, pidiendo a las demás personas que lo hagan a la Misa de funeral que se podrá celebrar pasado el tiempo de contagio. La familia se comprometerá por escrito a respetar estas normas.

Las personas que acompañan al difunto al cementerio no deben superar el número de 15, respetándose siempre la distancia social. La ceremonia en el cementerio, si tiene lugar, debe ser corta, retirándose todos cuanto antes. En el caso de fallecidos por infección de coronavirus se deben respetar los protocolos sanitarios. No está permitido el uso de los velatorios en estos casos.

Conclusión

Todos tenemos conciencia de la gravedad del momento y de la necesidad de hacer los esfuerzos para que la pandemia no se extienda. El amor al prójimo se expresará muchas veces en el respeto a las normas que la autoridad sanitaria y eclesiástica ha señalado. Es comprensible que en personas que están habituadas a una vida sacramental, les pueda resultar doloroso no poder recibir los sacramentos en forma habitual. Recomiendo a todos leer un breve artículo acerca de este tema publicado en Revista Iglesia en San Bernardo de mayo que puede dar luces sobre la acción de Dios en la vida de cada uno en estos momentos.

Encomiendo a todos a la Madre de Dios, uniéndonos en este mes de mayo a las peticiones del Santo Padre Francisco para rezar juntos o en familia en Santo Rosario, de manera que el Señor ponga fin a este momento difícil y nos de la sabiduría y la fortaleza para llevarlo con espíritu cristiano.

+ Juan Ignacio González Errázuriz