Oración, acción y participación en tiempos de crisis

Publicamos el mensaje de Monseñor Juan Ignacio González enviado a las religiosas,  fieles, laicos y comunidades de la Diócesis de San Bernardo en estos tiempos de crisis que se viven en nuestra Patria.

Oración, acción y participación en tiempos de crisis

Queridos hermanos y hermanas de nuestra diócesis.

1. Todo indica que los momentos de mayor violencia que hemos vivido la semana pasada, van dando lugar a otros más reflexivos y a una apertura a revisar – de todos los sectores – aquellos temas que pueden ser la causa del momento crítico que vivimos. Quisiera que esta etapa que parece insinuarse, sea apoyada fuertemente por el arma poderosa de la oración y en particular por el rezo del Santo Rosario, que sabemos bien, nos trae las bendiciones del Señor por medio de su Madre. En muchas comunidades se ha reforzado el rezo personal y comunitario de esta oración y hemos de continuar por ese camino, siguiendo las recomendaciones del Señor: “conviene orar con perseverancia y no desfallecer” (Lc 18, 1) y “orad para no caer en la tentación” (Mc 14, 38).

2. Como señalé en la Carta Pastoral del 24 de octubre, llega el tiempo de escuchar las propuestas y, de buena fe, dar crédito a quienes deben proponer los caminos de solución a los problemas que se han hecho evidentes y han llevado al momento de crisis que estamos viviendo (n.9). En este momento es necesario trabajar para que el orden y la tranquilidad social se extiendan y ser promotores de la pacificación de los espíritus, sin que ello implique dejar de manifestar nuestros puntos de vista y opiniones.

3. Pero también, es el momento de aportar con ideas, consejos, participación ciudadana en las diversas instancias en que podamos tomar parte. Desde luego el diálogo en la familia es muy necesario y quizá el más rico, escuchando los jóvenes a los más mayores y al revés. Pero también hay otras instancias a las que podemos concurrir y donde dar nuestro parecer. Un peligro conocido de los tiempos de crisis es retraerse, callarse, pensar que son otros los que deben actuar o dejarse llevar por el temor. Pero nosotros, los cristianos católicos, como todos los ciudadanos, tenemos mucho que dar, porque mucho hemos recibido del Señor y de su Iglesia. Es necesario pasar del enojo, quizá la rabia por diversas causas, al servicio a los demás y a Chile. “El hombre que procura la paz es más útil que el muy letrado” (Imitación de Cristo, 11, 2, 3).

4. Hemos comenzado a publicar un pequeño conjunto de textos de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) acerca de los temas de mayor discusión, bajo el título de “Lecturas para los cambios Futuros”(LCF), que abordan diversas temáticas que son muy propias de la enseñanza social de la Iglesia: relaciones entre economía y desarrollo, salario justo, jubilación, descanso, ecología, principios del orden social, derechos humanos, etc., que son como los fundamentos de una sociedad que quiere construirse sobre las bases del cristianismo. Pueden encontrarlos en las redes, en la página web de nuestro Obispado, en Facebook etc. (obispadodesanbernardo.cl). Son para formarse y tener cada uno una opinión bien fundada y poder alumbrar las conversaciones en las cuales tomemos parte y las decisiones que deban adoptarse.

5. Nadie tiene dudas de que vienen tiempos de cambios necesarios, pero es muy decisivo que seamos capaces, particularmente los laicos, de tener presencia activa y aportar con sabiduría, para que los nuevos caminos que se adopten respeten los elementos esenciales de nuestra concepción cristiana de la persona y del orden social. Participar en la promoción del bien común, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, es un deber «inherente a la dignidad de la persona humana» (Catecismo, 1913). «Nadie se debe conformar con una ética meramente individualista». Por eso «los ciudadanos deben cuanto sea posible tomar parte activa en la vida pública» (Catecismo, 1915)
Pido a todos en este tiempo vivir a fondo el binomio oración-acción, que nos lleve a pedir al Señor, por intercesión de nuestra Reina y Patrona la Virgen del Carmen, el don de la paz y nos conceda la audacia de aportar al nuevo orden social que muchas personas reclaman y que queremos que siempre tenga a Cristo como el centro.

+ Juan Ignacio González Errázuriz
Obispo de San Bernardo

San Bernardo, 1 de noviembre de 2019