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Obispo de San Bernardo al clero diocesano: “Orar es la principal obligación de un sacerdote”

crismaFue el llamado de Monseñor Juan Ignacio González a los presbíteros durante la celebración de la Misa Crismal de este Miércoles Santo, en donde además los instó a vivir con devoción el Jubileo de la Misericordia.

Como ya es una tradición, numerosos fieles llegaron hasta la Iglesia Catedral para acompañar a los presbíteros y religiosos, quienes renovaron ante el Sr. Obispo sus promesas sacerdotales, realizadas el día de su ordenación.

En su homilía el prelado de San Bernardo señaló que “Hemos sido ungidos y la unción que un día recibimos se extiende a toda la vida sacerdotal. Jesús es el Ungido de Dios, el elegido para venir a salvarnos y nosotros al ser ungidos nos hacemos continuadores de su misión. Somos, en un sentido ontológico, el mismo Cristo, alter Christus y el mundo nos necesita y nos exige vivir y ser siempre como el Señor”.

Además destacó que “Hoy renovamos nuestra decisión de caminar con el Señor y de guiar al pueblo de Dios hacia Él. El Papa nos está pidiendo que en este Año de la Misericordia miremos especialmente a los más abandonados, del cuerpo y del alma, a los descartados de la sociedad, a los que se sienten excluidos de la sociedad o de la Iglesia”.

“Pido a todos que nos acerquemos al que sufre, especialmente a tantas personas que – particularmente los jóvenes – que no se sienten atraídos por el mensaje del Señor, que miran la vida de la Iglesia y quizá nuestra propia vida, desde lejos. ¿Cómo lo haremos? Estando allí donde ellos están, buscándoles con fortaleza, sabiduría, gracia cercanía y mostrándoles una vida virtuosa, dedicada completamente a los demás. Mostremos a Dios con nuestra vida, recordando esa frase de uno que visitó al Santo Cura de Ars, “He encontrado a Dios en un hombre””.

Asimismo señaló “Hace pocos días el Papa Francisco dirigiéndose a un grupo de Obispos, nos señaló que nuestra principal tarea y obligación es orar. Yo ahora se los recuerdo a cada uno de ustedes. Orar es la principal obligación de un sacerdote”

Al finalizar insto a los fieles a rezar por los sacerdotes, por las vocaciones a la vida religiosa y por destacó que “El tiempo difícil y confuso que vive el mundo y la misma Iglesia, exige de nosotros, como se lo he dicho a muchos, trabajo incesante, oración perseverante y silencio generoso, porque nuestra vida debe estar escondida con Cristo en Dios, como dice la Escritura”.

A continuación se procedió a la renovación de las promesas sacerdotales. El Sr. Obispo se dirigió a los presbíteros, quienes afirmaron en voz alta su fidelidad al sacerdocio.

Acto seguido, Monseñor Juan Ignacio consagró el Santo Crisma y bendijo los Santos Óleos de los catecúmenos y de los enfermos, que se usarán durante el año en los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Unción de los Enfermos.

Con esta solemne ceremonia la Iglesia que peregrina en San Bernardo se prepara a vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

 

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