Con una Catedral completamente a oscuras y cientos de fieles con sus velas, Monseñor Juan Ignacio González dio inicio a la Vigilia Pascual con la Solemne Bendición del Fuego, del cual encendió el Cirio Pascual que representa al Jesús resucitado.
Momento después seminaristas y monaguillo compartieron esta luz con los asistentes a la ceremonia litúrgica apostados en el atrio del templo.
El obispo de San Bernardo más tarde bendijo el agua y con sus velas encendidas los presentes renovaron sus promesas bautismales, renunciando plenamente al pecado, y confesando su fe en Cristo.
En su homilía Mons. Juan Ignacio recordó y agradeció a la Santa Virgen por dar a conocer la hermosa noticia e incitó a los fieles presentes a ser ellos quienes lleven la buena nueva y el gozo de esta en sus corazones a quienes están más alejados de la fe. Para destacar el año de la vida consagrada, dos religiosas fueron las que entregaron las ofrendas de pan y vino para la consagración.
Para finalizar, el obispo de San Bernardo despidió a los fieles a la entrada del templo Catedral y les deseó una Feliz Pascua de Resurrección.