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Iglesia en San Bernardo cuenta con nuevo diácono transitorio

ordenacion6“Como todos nosotros, te ordenas para servir, que es la regla suprema de nuestra vida, que nos enseñó el Maestro” señaló Monseñor Juan Ignacio en la solemne ceremonia de Ordenación Diaconal del Seminarista Oscar Vargas.

Numerosos fieles y familiares se congregaron en la Catedral de San Bernardo, la tarde de este domingo 31 de agosto para participar de la Eucaristía de ordenación a las Sagradas Ordenes del Diaconado. Además se contó con la presencia del presbiterio diocesano.

En su homilía el Obispo de San Bernardo destacó que ” Los diáconos – enseña en Catecismo – participan de una manera especial en la misión y la gracia de Cristo (cf LG 41; AA 16). El sacramento del Orden los marca con un sello (carácter) que nadie puede hacer desaparecer y que los configura con Cristo que se hizo “diácono”, es decir, el servidor de todos (cf Mc 10, 45; Lc 22, 27; S. Policarpo, Ep 5, 2). Corresponde a los diáconos, entre otras cosas, asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de los divinos misterios sobre todo de la Eucaristía y en la distribución de la misma, asistir a la celebración del matrimonio y bendecirlo, proclamar el evangelio y predicar, presidir las exequias y entregarse a los diversos servicios de la caridad” (cf LG 29; cf. SC 35, 4; AG 16).(CEC 1570)

Además señaló que “Como todos nosotros, te ordenas para servir, que es la regla suprema de nuestra vida, que nos enseñó el Maestro. He aquí que estoy entre ustedes como el que sirve, nos dice Jesús y no acepta ni para El ni para sus ministros ser servidos por los demás. Te ordenas para dar un testimonio de abandono de sí mismo, porque desde ahora y particularmente cuando seas ordenado presbítero, debes desaparecer para que sólo Jesús se luzca, en un proceso de configuración con Cristo, que es el camino de santidad de toda persona, pero particularmente importante y decisivo en el caso de los ministros ordenados. Servir a Dios, como ministros, servir al Pueblo de Dios, llevándole el pan de la Palabra y el Pan de los Sacramentos”.

Luego se dio inicio al Rito de Ordenación, ocasión en la cual el candidato a la Sagrado Orden del Diaconado realizó sus promesas de obediencia ante el Sr. Obispo, en la cual manifestó su libre voluntad de abrazar este ministerio y vivir el celibato.

Una vez concluida la postración, se llevó a cabo el revestimiento con la dalmática propia del diácono y la estola cruzada que implica la realidad de ser servidores en medio de la comunidad.

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