En la clausura del II Seminario de Comunicación e Iglesia el Pbro. Cristián Roncagliolo se refirió a la comunicación de la fe en una sociedad plural como la nuestra, lo que fue complementado con el panel sobre el papel de las universidades católicas en esta materia, además de las experiencias logradas en comunicación por jóvenes. El cierre se hizo con el testimonio de la periodista Irene Villa, víctima de un atentado de la ETA.
Dónde estamos situados hoy, es una de las primeras reflexiones que debemos plantearnos cuando hablamos de comunicar la fe. Así lo expuso el Vice Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pbro. Cristián Roncagliolo.
Considerando que nos desenvolvemos en un mundo plural, marcado por una alta visibilidad, donde a veces se busca la felicidad en lugares inadecuados y en el cual, la Iglesia es percibida como una institución rígida, el padre Roncagliolo señala que la actitud de los cristianos debe estar marcada por la esperanza cristiana. En este sentido, destacó que la transmisión de la fe depende de hombres y mujeres nuevos, más que de las grandes estructuras; que es importante evangelizar al hombre conforme a la antropología cristiana; y la necesidad de transmitir la fe como un acontecimiento. Algo que nos exige enfrentamos a la realidad, siempre habilitando nuevos focos de esperanza, con un “realismo de esperanza”, como lo catalogó.
En este contexto, el Vice Gran Canciller de la UC ofreció algunas propuestas para comprender esta tarea. En primer lugar, hizo hincapié en la importancia de ir a lo esencial, “tener claro quiénes somos, tener claro que el cristianismo es un camino a la felicidad que compromete a todo el hombre”. En segundo lugar, habló de la apertura al otro, advirtiendo que el que busca la verdad tiene que estar dispuesto a aprender del otro. Junto a lo anterior, agregó características como la humildad, en el sentido de que transmitir la fe de manera catedrática, hoy no tiene cabida, no es eficaz. Finalmente, destacó que es necesario tomar en cuenta los deseos y necesidades de los demás, además de hablar en un lenguaje claro, que se entienda.
Transmisión de la fe en las universidades católicas
El Pbro. Emiro Cepeda, de la Università Pontificia Salesiana amplió la reflexión iniciada por el Pbro. Cristián Roncagliolo e hizo un recorrido por los distintos modos de ver la relación entre transmitir la fe y los jóvenes. Para ello, consideró importante saber que los universitarios no son niños ni adolescentes, sino que son jóvenes en crecimiento, que les gusta ser tratados como adultos, que se sienten libres y que les gusta tomar sus propias decisiones y hacer sus propias elecciones.
Tomando lo anterior como perspectiva, el padre Cepeda, concluyó que es más acorde con el mundo universitario pensar en transmitir la fe desde la propuesta y de poner en común la propia fe, “compartir y vivir la fe”. En el mundo de la universidad, señaló, se activan más movimientos de propagación de la fe cuando se compromete una vivencia. “No se trata de transmitir contenidos de fe, sino que se trata de implementación de procesos que activen lo que en los jóvenes hay de fe, que activen la experiencia de apropiación de la fe, la creación de la propia identidad de fe”.
Esta reflexión continuó con el desarrollo del panel “Universidades católicas y la transmisión de la fe a los jóvenes: de la utopía a la práctica”. Con la moderación de la Vicerrectora de Comunicaciones de la UC, Luz Márquez de la Plata, el Pbro. Emiro Cepeda, el Pbro. Cristián Roncagliolo y el Pbro. José María La Porte, compartieron sus experiencias en esta materia a partir de su trabajo en la Università Pontificia Salesiana, Pontificia Universidad Católica y Pontificia Università della Santa Croce, respectivamente.
Más tarde, les sucedió el panel “Jóvenes e Iglesia: experiencias logradas en comunicación por jóvenes”. Participaron de esta conversación Ronald Bown, organizador de “La alegría de ser católicos”; María Paz Vicuña, periodista encargada de comunicación y difusión de “Encuéntrate”; Sofía Wulf, coordinadora Voces Católicas; Philippe Morizon, de Misión País; y Luis Felipe Rodríguez, de Misiones Solidarias.
El amor es más fuerte que el odio
La jornada terminó con el conmovedor testimonio de la periodista Irene Villa, quien fue víctima de un atentado de la ETA, ocurrido el 17 de octubre de 1991, cuando ella tenía 12 años. Después de sufrir la pérdida de sus piernas, Irene recordó cómo ha sido su vida a partir de ese momento. En este sentido, destacó su formación, sus valores y el clave apoyo de su madre, quien la instó a seguir hacia adelante con alegría y con optimismo. “A partir de eso, si me caigo me levanto. No tengo que odiar, ni culpar a nadie de mi situación”.
También destacó que durante su proceso de recuperación tuvo que aceptar su nueva realidad y quererse a sí misma a pesar de haber cambiado. Fue así como empezó pensar que es mejor ver más posibilidades que límites y nunca autolimitarse.
Por otra parte, agregó que el perdón es importante para seguir viviendo y que no hay que preguntarse el porqué de las cosas. “No hay razón para matar, nunca”, afirma.
Irene Villa es periodista y conductora de radio COPE y en Canal 13, de España. Además, realiza charlas motivacionales de liderazgo y superación, en particular dirigidas a jóvenes.
Fuente: Prensa CECH