A las 12 horas de este domingo, el santo padre Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.
Ofrecemos las palabras del papa al introducir la oración mariana.
El papa recordó que este domingo se celebra la solemnidad del Nacimiento de san Juan Bautista. Con excepción de la Virgen María, Juan el Bautista es el único santo del que la liturgia celebra el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios.
“Desde el vientre materno –dijo el papa–, ya Juan es el precursor de Jesús: su concepción milagrosa se le anuncia a María como una señal de que ‘no hay nada imposible para Dios’ (Lc. 1,37), seis meses antes del gran prodigio que nos da la salvación, la unión de Dios con el hombre por obra del Espíritu Santo”.
benedicto XVI recordó que los cuatro Evangelios “dan gran relieve a la figura de Juan el Bautista, como un profeta que termina el Antiguo Testamento e inaugura el Nuevo, identificando en Jesús de Nazaret al Mesías, el Ungido del Señor”.
“Animado por el Espíritu Santo –añadió el papa–, Zacarías habló así de la misión de su hijo: ‘Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo / pues irás delante del Señor para preparar sus caminos, / y dar a su pueblo el conocimiento de la salvación / mediante el perdón de sus pecados’. Todo esto se hizo evidente treinta años más tarde, cuando Juan comenzó a bautizar en el río Jordán, llamando al pueblo a prepararse, con aquel gesto de penitencia, a la inminente venida del Mesías, que Dios le había revelado durante su permanencia en el desierto de la Judea”.
“Queridos amigos –concluyó el papa–, la Virgen María ayudó a su anciana pariente Isabel a llevar a término el embarazo de Juan. Que ella nos ayude a todos a seguir a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, que el Bautista anunció con gran humildad y celo profético”.
Se puede leer el texto completo del mensaje
Acabado el discurso en lengua italiana, Benedicto XVI se dirigió en su idioma a cada uno de los grupos lingüísticos.
A los asistentes de lengua hispana, les dijo: “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que participan en esta oración mariana, en particular a los miembros de la comunidad boliviana en Italia, aquí presentes. La Iglesia celebra hoy la Natividad de San Juan Bautista, precursor del Señor, que en el seno materno exulta de gozo al llegar el Salvador del género humano. Quien fue la voz que dio a conocer a Cristo, Cordero que quita el pecado del mundo, nos sigue invitando hoy a escuchar y a acoger la divina Palabra, de la que él mismo dio testimonio, incluso con el derramamiento de su sangre. Confiemos estos propósitos a la Santísima Virgen María, a la que hoy deseo invocar bajo los gloriosos títulos de Copacabana y Urkupiña. Feliz domingo”.
Fuente: Zenit.org