Las intervenciones del Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Alejandro Goic, y del Secretario de Estado de Su Santidad, Card. Tarciscio Bertone, marcaron la sesión inaugural de la 99a Asamblea Plenaria del Episcopado, que se efectuó este lunes 12 de abril a las 09:00 hrs. en el Seminario Pontificio de Santiago.
La reunión de obispos continúa en Punta de Tralca y concluirá el viernes 16 de abril con una Eucaristía a las 17:00 hrs. en la Catedral de Rancagua, la primera de las localidades más afectadas por el terremoto que visita la Virgen del Carmen Misionera.
PALABRAS DE MONS. ALEJANDRO GOIC
En la sesión inaugural, efectuada en el Auditorio del Seminario Pontificio Mayor de los Santos Ángeles Custodios, en La Florida, el Presidente de la CECh, Mons. Alejandro Goic, dirigió un saludo al Secretario de Estado del Santo Padre, Card. Tarcisio Bertone, en el que agradeció su visita, la que calificó como una “oportunidad preciosa para confirmar nuestra comunión con el Vicario de Cristo y la Iglesia Universal, en la misión de anunciar el Evangelio, fuente de Vida abundante, a los hombres y mujeres de este tiempo”.
Junto con valorar los frutos del ejercicio colegiado del ministerio episcopal en la comunión y fraternidad de la Iglesia, el Obispo de Rancagua afirmó que un fruto indesmentible de la acción del Espíritu en el proceso de la Misión Continental es “la progresiva sintonía con que nuestros agentes pastorales van asumiendo los llamados de Aparecida, la vocación del discipulado misionero, los rasgos del encuentro vital con Jesucristo, las preguntas de nuestra sociedad que nos interpelan y que nos exigen un fortalecimiento en la fe, una conversión personal, pastoral y eclesial, un ‘recomenzar desde Cristo'”.
Una Iglesia cada vez más sencilla, cercana y acogedora
Agregó que los Obispos han procurado siempre buscar y promover la comunión. “Es en Cristo donde nos reconocemos Iglesia en comunión. Y es en esta “casa y escuela de comunión” donde quienes creemos en Cristo proclamamos que Él es el “mayor tesoro” que puede regalarse a la humanidad. Y por “desborde de gratitud y alegría” anunciamos su Palabra que cambia la vida, que me renueva a mí, en mi historia única e irrepetible, que me toca en la intimidad de mi ser, me interpela, me cuestiona, y me inunda de gozo.
Queremos ser, Señor Cardenal, pastores que proclamemos en primera persona con una renovada convicción nuestro encuentro gozoso con el Señor. Sólo desde una actitud humilde, de reconocimiento al Dios de infinita bondad que derrama su misericordia sobre nosotros, podemos anunciar la Buena Noticia del Cristo, el Mesías, muerto y resucitado, respuesta a las preguntas por el sentido de la vida: Él es nuestra Luz, nuestro caminar, Vida plena para el mundo”.
Mons. Goic manifestó que evangelizar todas las realidades humanas que ocupan y preocupan a la Iglesia supone una necesaria consecuencia para responder a los llamados del Espíritu para esta hora de gracia. “Necesitamos, en todas las expresiones y diversidades de carismas, ser una Iglesia cada vez más acogedora, sencilla, libre, misericordiosa, fraterna y cercana a todos. Con una participación generosa de los laicos asumiendo un protagonismo en su esencial misión de santificar el mundo, “transformándolo desde dentro según el proyecto de Dios” (LG 31). Con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas que se ponen al servicio de todos con humildad y sencillez, como el Maestro que se pone en medio nuestro ‘como el que sirve'”.
La mesa para todos tras el terremoto
El Presidente de la CECh agradeció al Cardenal Bertone su visita a las localidades más golpeadas por el terremoto y maremoto. “usted ha podido comprobar que nuestro pueblo está en pie, que la esperanza no decae, que en los momentos de angustia somos capaces de trabajar unidos, y que en este caminar la Iglesia es protagonista presente y permanente”.
Destacando el lema “Chile, una mesa para todos” que la Iglesia propuso para el caminar de la Misión Continental en este Año Bicentenario, Mons. Goic expresó que “el movimiento de la tierra y el desplazamiento del mar nos pusieron enfrente el alma de Chile: la mesa de todos, la que se nutre de la Palabra viva del Señor, la mesa común de la solidaridad, que no es sólo ayuda material, sino también un hombro para el llanto, un oído para el desahogo, una llama encendida para la esperanza que crece”.
Abuso sexual a menores: no hay justificaciones válidas
Sobre las reflexiones y debates en torno a casos de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes, Mons. Goic expresó, en nombre del Episcopado chileno, “nuestra plena comunión con nuestro amado Padre y Pastor Universal, que nos ha recordado con perfecta claridad la dirección evangélica por la cual debemos conducir el tratamiento, siempre complejo, de estos episodios. No por ser excepcionales dejan de revestir la mayor gravedad. Por eso nos unimos hoy al querer del Papa, que no admite pretextos ni justificaciones para un pecado abominable que corresponde condenar y cuyas dolorosas secuelas debemos enfrentar, aferrados al Señor, para que nunca más se dañe en el seno de la Iglesia a los pequeños, los predilectos de Jesús. La clara firmeza y la coherencia del mensaje y actuaciones de Su Santidad Benedicto XVI son una prueba contundente del sendero que conduce a la Iglesia frente a estos episodios, que son aislados y sobre los cuales no podemos generalizar, pero que constituyen un escándalo y un signo de contradicción en nuestro tiempo”.
Gratitud por Virgen del Carmen Misionera
Finalmente, Mons. Goic agradeció a través de su portador, el Cardenal Bertone, el gran regalo del Santo Padre a la Iglesia y al pueblo de Chile: la imagen bendita de la Virgen del Carmen Misionera que recorrerá las comunidades como la Madre del consuelo que nos trae el Evangelio de Chile.
“Cómo no agradecerle ser portador de tan bella noticia y tan significativo regalo. Sepa, Sr. Cardenal, que esta Virgen Misionera con el Evangelio de Chile se encontrará en su caminar con lluvia y con frío, con escombros y preguntas, con duelos y necesidades, algunas no transitorias, sino fruto del egoísmo y la injusticia. Pero también hallará a su paso sonrisas y milagros, gente reunida para compartir lo poco y lo escaso, comunidad que ora y comulga a Cristo aun sin templos. Usted lo ha visto directamente por estos días. Ante la mirada cariñosa de María, el norte de los bailes religiosos también reza por el sufrimiento de los hermanos del sur. En Chile a la Madre del Carmelo se le dice con cariño “Carmelita” y a la Carmelita se invoca y se canta con entusiasmo también en medio de la tragedia”.
PALABRAS DEL CARDENAL TARCISIO BERTONE
Por su parte, el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Santo Padre, expresó el saludo afectuoso del Papa Benedicto XVI, “que desde el primer momento que tuvo noticia del devastador terremoto del pasado veintisiete de febrero, con sus graves consecuencias, ha seguido con especial preocupación e interés la situación que se vive en gran parte de este amado País. Antes de emprender este viaje, Su Santidad me ha encargado de transmitir a cada uno de Ustedes, a sus sacerdotes, seminaristas, religiosos y fieles laicos, el testimonio de su paterna cercanía espiritual, así como la alegría del recuerdo todavía vivo en su corazón de los encuentros llenos de espíritu de comunión y de solicitud pastoral tenidos con Ustedes durante su última visita ad limina”.
La autoridad vaticana dijo haber visto con admiración la fe y el amor con el que los chilenos saben dirigir su mirada hacia el Señor, aun en medio de dolorosas y siempre difíciles circunstancias, como las que se han vivido recientemente. “Aquí se puede ver cuán profunda ha quedado grabada en el alma de las gentes de esta Nación la invitación que el Venerable siervo de Dios, el Papa Juan Pablo II, hace veintitrés años, dirigió a los jóvenes de Chile, en el Estadio Nacional de Santiago: «¡No tengáis miedo de mirarlo a Él! Mirad al Señor (…) Mirad al Señor con ojos atentos y descubriréis en Él el rostro mismo de Dios» (Discurso a los jóvenes, 2 abril 1987, n. 5)”.
La fuerza del dinamismo misionero
También destacó el Cardenal Bertone la fuerza que está cobrando entre los pastores y fieles chilenos el dinamismo misionero centrado en Jesucristo, que la Iglesia latinoamericana y del Caribe se ha propuesto como objetivo en la V Conferencia General del Episcopado, celebrada en Aparecida, y que ha sido recogido en las Orientaciones Pastorales y en la Misión Continental que el Episcopado en Chile está impulsando.
“Ciertamente, el encuentro con Cristo vivo y resucitado está en el origen de nuestro ser discípulos del Señor, y es la fuente de donde nace todo afán misionero y apostólico. A este respecto, me congratulo de los numerosos esfuerzos e iniciativas que los Obispos chilenos, reunidos en espíritu de fraterna comunión, llevan a cabo para responder con generosidad a las necesidades espirituales del pueblo fiel, animándolo en el cumplimiento ilusionado de su vocación bautismal de ser testigos de Cristo en medio del mundo, contribuyendo desde dentro, a modo de fermento, a la santificación del mismo”, manifestó.
Acompañamiento a los sacerdotes
Añadió que en estos momentos tan cruciales por los importantes cambios sociales y culturales, y con vistas a un anuncio del evangelio más eficaz e incisivo, resulta de la máxima importancia el testimonio de comunión afectiva y efectiva por parte de los Obispos entre sí y con el Sucesor de Pedro, con los sacerdotes y religiosos, y entre todos los miembros del Pueblo de Dios. Y en marco del Año Sacerdotal, hizo hincapié en la necesidad de “acompañar de un modo muy cercano a los presbíteros, en su vivencia auténtica y llena de alegría del ministerio ordenado, para que, reavivando el fuego de su celo pastoral, se entreguen con generosidad al servicio de las comunidades que se les han encomendado”.
Agregó que la figura de san Juan María Vianney, y de san Alberto Hurtado serán sin duda una valiosa guía en el propósito de acrecentar la fidelidad en el ejercicio del ministerio sacerdotal. “Ciertamente, la santidad de vida y la solicitud pastoral de los sacerdotes fructificarán en una renovación misionera de la Iglesia, así como en un aumento significativo de las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Por otra parte, la inapreciable riqueza de la vida consagrada y de los movimientos eclesiales exige un esfuerzo generoso para intensificar y fortalecer su inserción y colaboración fecunda en la vida pastoral de las comunidades diocesanas y parroquiales”.
Concluyó el Cardenal Bertone que, en medio de un ambiente a menudo impregnado de un relativismo y un materialismo asfixiante, los católicos chilenos han de mantener siempre su centro en Cristo y su evangelio, “ofreciendo el testimonio fecundo de una Iglesia convencida de su vocación evangelizadora, de una Iglesia samaritana y sencilla, atenta a las necesidades más profundas de los hermanos, sobre todo de los más postergados”, concluyó el Secretario de Estado.
Fuente: Prensa Iglesia.cl