Al final de la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI, el Papa hizo un llamamiento “por la dramática situación en que se encuentra Haití”.
“Pienso, en particular, en la población duramente afectada por un devastador terremoto, hace unas pocas horas, que ha causado graves pérdidas en vidas humanas, un gran número de personas sin hogar y de desaparecidos y serios daños materiales.
“Invito a todos a unirse a mi oración al Señor por las víctimas de esta catástrofe y por aquellos que lloran su muerte. Aseguro mi cercanía espiritual a quien ha perdido la propia casa y a todas las personas afectadas, en distintos modos, por esta grave calamidad, implorando de Dios consuelo y alivio en su sufrimiento.
“Hago un llamamiento a la generosidad de todos, para que no falte a estos hermanos y hermanas que viven un momento de necesidad y de dolor, nuestra solidaridad concreta y el apoyo de la comunidad internacional. La Iglesia Católica no dejará de activarse inmediatamente a través de sus instituciones caritativas para responder a las necesidades más urgentes de la población”.