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Audiencia general: El Papa reitera la importancia del silencio interior para conversar con Dios

papaCon el anhelo de que Jesús pueda ser verdaderamente el centro de nuestra vida, también en medio de las preocupaciones cotidianas. Ver Video

Con el anhelo de que Jesús pueda ser verdaderamente   el centro de nuestra vida, también en medio de las preocupaciones cotidianas, Benedicto XVI ha centrado su catequesis de hoy en san Pedro Damián, una de las grandes figuras de la Iglesia del siglo XI. En el Aula Pablo VI, ante miles de fieles y peregrinos venidos de tantas partes del mundo, evocando la ejemplaridad de la vida y obras de este santo monje y cardenal, el Papa ha hecho hincapié en la importancia -también en este tiempo nuestro- de saber ponerse a la escucha de Dios y conversar con Él. Así como de la unidad de la Iglesia, en comunión con Cristo.

Recordando que la vida de este santo estuvo iluminada por el misterio salvífico de la Cruz de Cristo, el Santo Padre ha invitado a seguir el ejemplo de San Pedro Damián y a “Mirar la cruz como supremo acto de amor de Dios hacia el hombre”.

Éstas son las palabras de Benedicto XVI resumiendo su catequesis y saludando en nuestra lengua: Queridos hermanos y hermanas: En la audiencia de hoy contemplamos la figura de uno de los grandes santos del siglo once, Pedro Damián. Nacido en Ravena, muy pronto perdió a sus padres quedando huérfano al cuidado de sus hermanos, los cuales le dieron una magnífica formación, tanto jurídica como en la cultura clásica latina. En su primera juventud se dedicó a la enseñanza y compuso grandes obras literarias, pero muy pronto sintió la llamada a la vida eremítica e ingresó en el Monasterio de Fuente Avellana. Durante décadas se dedicó de manera ejemplar a la vida monacal. Largas horas de contemplación y meditación, nos han legado algunas piezas de alto valor teológico, así como magníficos sermones y cartas sobre el amor que brota de la Cruz y el valor de la Palabra de Dios en la vida espiritual del monje y del cristiano. Esta labor de pensamiento, por la cual exhortaba a todos a poner en el centro de su vida a Cristo, estaba encaminada a la búsqueda de una profunda reforma de la Iglesia. De ahí que en varias ocasiones fuera llamado por los Papas para desarrollar una actividad pastoral más directa o para solucionar problemas que acuciaban a la Iglesia en ese momento. Es un gran don poder contar con una figura como San Pedro Damián, que gastó sus energías espirituales y físicas por amor a Cristo y a su Iglesia, y que testimonia una vez más el primado de Dios sobre todas las cosas.

Saludo a los fieles de lengua española, en particular a los peregrinos agustinos del Perú, así como a los grupos provenientes de Puerto Rico, Costa Rica, México y España. Os invito a todos, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de este santo monje, a acoger nuevamente la llamada a caminar decididamente hacia la santidad. Muchas gracias.