Evocando el significado del amor en el Corpus Domini, el Papa recuerda a las personas que sufren hambre en el mundo, y pide mayor solidaridad para que la crisis sea una oportunidad para dirigir la atención a la dignidad la persona.
El Santo Padre Benedicto XVI ha dedicado su alocución previa al rezo mariano del Ángelus, a explicar el significado de la celebración de hoy del Corpus Domini. “El Corpus Domini -ha dicho el Papa desde la ventana de su despacho privado en el Palacio Apostólico del Vaticano- es un día que contiene una dimensión cósmica, el cielo y la tierra”.
Explicando precisamente esa relación con las estaciones, con el tiempo, Benedicto XVI ha señalado que esta celebración está ligada del mismo modo a Pascua y a Pentecostés, a la muerte y a la resurrección de Cristo, al mismo tiempo que se trata de una manifestación del amor divino. “El amor lo transforma todo”, ha exclamado el Papa invitando después a decir sí al amor: “Nosotros decimos: sí, el amor existe, y como existe, las cosas pueden cambiar a mejor y nosotros podemos tener esperanza. Es la esperanza que proviene del amor de Cristo la que nos da la fuerza de vivir y de transformar las dificultades”.
Recordando después las numerosas celebraciones del Corpus Domini en diferentes naciones, el Santo Padre ha querido recordar especialmente a los centenares de millones de personas que sufren hambre en el mundo, una realidad, ha dicho, que “es absolutamente inaceptable y que arriesga aumentar a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos decenios”.
“Deseo, que en ocasión de la próxima Conferencia ONU y en las sedes de las instituciones internacionales -ha instado el Pontífice- se asuman medidas que comparta la entera comunidad internacional y que se cumplan esas elecciones estratégicas, a veces difíciles de aceptar, que son necesarias para asegurar a todos, en el presente y en el futuro, los alimentos fundamentales y una vida digna”.
El Papa ha hecho referencia de este modo a la reunión de la ONU que se celebrará en Nueva York del 24 al 26 de junio, y en la que se tratarán temas relacionados con la crisis económica y financiera, y el impacto sobre el desarrollo: “Invoco sobre los participantes en la Conferencia, así como sobre los responsables públicos y del porvenir del planeta, el espíritu de sabiduría y de humana solidaridad, para que la actual crisis se transforme en oportunidad capaz de favorecer una mayor atención a la dignidad de cada persona humana y se promueva una igual distribución del poder decisional y de los recursos, con particular atención al número, por desgracia cada vez en aumento, de los pobres”.
Benedicto XVI ha señalado por último que el próximo viernes, solemnidad del Santísimo Corazón de Jesús y Jornada de Santificación Sacerdotal, iniciará el Año Sacerdotal por él proclamado en coincidencia con el 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars. El Papa ha confiado a las oraciones de los fieles esta nueva iniciativa espiritual que seguirá al Año Paulino que está por concluir. “Que este nuevo año jubilar -ha dicho el Pontífice- constituya una ocasión propicia para profundizar el valor y la importancia de la misión sacerdotal”.
Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas a los fieles presentes en la plaza del San Pedro del Vaticano, dirigiendo unas palabras en particular a los peregrinos greco-católicos provenientes de Eslovaquia. En este sentido el Papa ha agradecido a Dios el don del nuevo arzobispo greco-católico de origen eslovaco que recientemente ha nombrado Secretario General de la Congregación para las Iglesias Orientales. Precisamente esta tarde recibirá la ordenación episcopal en la Basílica papal de Santa María la Mayor.
El Pontífice también se ha dirigido a los fieles en francés, inglés, alemán, polaco, e italiano. Mientras que en español éste ha sido el saludo de Benedicto XVI: “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana. En este día, en el que en muchas partes se celebra la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, os invito a rendir público testimonio de fe y piedad hacia este excelso sacramento, memorial de la pasión del Señor. Que la veneración de este sagrado misterio nos haga experimentar constantemente el fruto de la redención. Feliz domingo”.