Monseñor Juan Ignacio González - Obispo de San Bernardo

“Una convicción más profunda de que si somos discípulos del Señor somos al mismo tiempo misioneros”

Monseñor Juan Ignacio González - Obispo de San BernardoEntrevista a Monseñor Juan Ignacio González, Obispo de San Bernardo, sobre la puesta en marcha de la primera etapa de la Misión Continental en la Diócesis

¿Cómo surge la iniciativa de la Misión Continental en América Latina?
Me parece importante señalar que la Iglesia, por su propia naturaleza, tiene una finalidad misionera que en cada época se va actualizando a las realidades que vive el mundo. El proceso actual es la consecuencia del V Encuentro del Episcopado de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Aparecida, en el año 2007. Allí, el Papa Benedicto XVI, junto a los representantes de todos los episcopados de nuestro continente, dio el vamos a esta Misión Continental.

En síntesis, ¿de qué se trata esta Misión?
Se trata de que en este momento de la historia de nuestras naciones tomemos nueva conciencia de nuestra vocación bautismal y volvamos todos -los pastores y el pueblo de Dios- a una convicción más profunda de que si somos discípulos del Señor, somos al mismo tiempo misioneros, anunciadores de la buena nueva del Evangelio, con nuestra vida y nuestras palabras. Si lo dijéramos negativamente, se trata de salir de un cierto conformismo consigo mismos y con lo que ya hacemos en la Iglesia, y de un cierto pesimismo que nos puede provocar estar rodeados de un mundo que quiere dejar a Dios de lado.

Ud. nota en nuestro ambiente ese pesimismo…
Diría con sinceridad que en nuestro ambiente eclesial diocesano no, pero un cierto conformismo en ciertos casos puede haber: dejarse estar, ver difíciles las cosas, etc. Y es Dios el que las hace, lo sabemos, pero “necesita” de nosotros, de todos. Como nos recordó el Papa en Aparecida “todo bautizado recibe de Cristo, como los Apóstoles, el mandato de la misión”.

¿Cómo se llevará a la práctica la Misión continental en nuestra diócesis?
Los Obispos de Chile hemos plasmado este ideario misionero en las Orientaciones Pastorales 2008-2012, que son una aplicación a la realidad nuestra de esa misión. Luego cada diócesis ha ido elaborando su propio itinerario misionero. En San Bernardo lo hemos hecho en un breve documento que ya está en manos de nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas y agentes pastorales, para que sea estudiado en conjunto y de allí salgan los caminos concretos de la misión para cada comunidad parroquial. Es la primera etapa de tres que tendremos. Como se ve, es un proceso amplio y sin apuros, porque las realidades pastorales son muy diversas. (Para conocer este documento se puede consultar www.obispadodesanbernardo.cl)

Monseñor Juan Ignacio González - Obispo de San Bernardo¿Por qué se habla de una Misión en estado permanente? ¿Qué significa?
Esta es una muy buena pregunta, porque al decir que estamos en estado de misión permanente, queremos significar que toda la vida de un católico está siempre marcada por este ideario. No son sólo momentos espirituales, actividades pastorales, no todo el quehacer de un hombre o una mujer que cree en Cristo y lo busca está animado por el deseo de hacer que su mensaje, su enseñanza, -el mensaje de la Iglesia- llegue a muchas personas. Hay personas que nunca han conocido a Cristo y a ellas debemos ir, hay otros que lo han dejado, hay que ir a rescatarlos, hay muchos cuya fe se ha enfriado. Hay que hacer lo necesario para volverlos al fervor de la fe. Familia, trabajo, vida social, política, económica, etc actividades culturales, todo, ha de ser inundado con la luz de Cristo. Este, proceso, como se puede ver, exige una nueva toma de conciencia y por eso el primer paso, así lo hemos señalado en el camino que queremos seguir en San Bernardo, es que quienes ya conocen al Señor tomen más en serio su pertenencia a la Iglesia, vivan más a fondo la unión con Cristo por medio de la gracia de Dios, que nos lleva por los sacramentos, por la vida de oración por el servicio a los demás, especialmente a los más pobres.

En el documento usted habla de una primera etapa de conversión y crecimiento en el Amor a Dios, ¿cómo se trabajará esta primera etapa en nuestra diócesis?
Es importante que en esta misión diocesana sigamos un camino común; es un camino ancho en el cual cada parroquia, comunidad, colegio o movimientos debe descubrir cómo recorrerlo. Para ello en esas Orientaciones diocesanas se dan muchas sugerencias a modo de líneas de acción. Cada uno debe estudiarlas, orarlas en la presencia de Dios, y luego compartir con su comunidad las conclusiones. Todo este proceso siempre debe estar conducido por el sacerdote, que es el pastor de la comunidad. Se trata, sin embargo, de darse cuenta de que la primera misión es la propia conversión, pues si buscamos en el Reino de Dios lo otro vendrá por añadidura.

Monseñor Juan Ignacio González - Obispo de San Bernardo¿Cómo se unen y trabajan en la viña del Señor sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos con responsabilidades pastorales?
Todos estamos llamados a edificar la Iglesia, fundada sobre la roca de Pedro y los apóstoles, es decir son los Papas y los Obispos, que son los sucesores de los apóstoles. En esta campo de Dios, como la llama San Pablo (1Cor, 3.9.) hay un lugar para cada uno y cada uno tiene su lugar. Estamos convocados a trabajar en el anuncio del Reino de Cristo, presente ya en misterio en la Iglesia, como enseña el Concilio. No hemos hecho la Iglesia nosotros ni decidimos las cosas alzando las manos o votando. El mismo Cristo, al fundar la Iglesia, le dio una estructura que permanecerá siempre. Es en ella y con ella en la que debemos hacer la misión. En esta Iglesia, que es nuestra familia, todos debemos hacer nuestro trabajo en comunión, y ella se expresa en la unión afectiva y efectiva con el Papa y con el Obispo y con los presbíteros, llamados a ser lo primeros colaboradores de los obispos en la extensión del Reino de Dios. El que anda por su cuenta desedifica la Iglesia y la divide y la hiere.

Pero hay muchos que se sienten fuera de la Iglesia…
Y otros que se han ido… algunas veces pienso que ha sucedido por culpa nuestra, especialmente de nosotros los pastores y pido perdón a Dios. Pero nadie los ha echado fuera. La Iglesia está formada por pecadores, pero es santa por su fundador Cristo el Señor, lo es también porque es santificadora, pero es evidente que sus miembros no lo somos y debemos luchar para ser más santos cada día. Dice San Gregorio Magno que la Iglesia “es comparada a una red de pescar, porque también está encomendada a pescadores, y por medio de ella somos sacados de las olas del presente siglo y llevados al reino celestial, para no ser sumergidos en el abismo de la muerte eterna. Congrega toda clase de peces, porque brinda con el perdón de los pecados a los sabios e ignorantes, a los libres y a los esclavos, a los ricos y a los pobres, a los robustos y a los débiles”. A esos que así piensan hemos de decirles que también ellos pueden encontrar en la Iglesia su lugar y trabajar por el Reino de Dios. Esa es una parte esencial de la misión continental.

Ud. cree que hay mucha crítica en la Iglesia.
No. Entre el pueblo fiel y sencillo no la hay; hay, por el contrario, amor a la Iglesia y a sus ministros y es maravilloso ver la participación en nuestra comunidades católicas. Tenemos dones inmensos, como la religiosidad popular que en nuestra diócesis tiene expresiones muy fuertes. Acabamos de verlo en los cuasimodos. La crítica es más intelectual, viene de otros ambientes más ideologizados. Nosotros miramos a Benedicto y seguimos adelante. Pero volvamos a la misión…..

Si en dos palabras Ud., tuviera que decir qué debemos hacer para que la misión diocesana llegue a tener éxito, que diría…
Éxito…, esa palabra no me gusta usarla en la vida de la Iglesia. Pero la palabra clave en este proceso misionero es una: conversión que lleve a un encuentro personal de cada uno con Jesucristo y luego, como por desborde, nos mueva a anunciar el Evangelio en la vida de cada día. Al lado de conversión pondría otra muy necesaria: coherencia, es decir, que aquellos que decimos eso hagamos.

Fuente: Departamento Comunicaciones Revista Iglesia en San Bernardo