Oraciones Diversas

Oraciones de los padres de familia

Señor Jesús, Tú que santificaste en Nazaret la vida de familia y que en María y José nos dejaste un ejemplo eximio de amor desinteresado hacia los hijos, te pedimos que llenes nuestro hogar con tu gracia y tu bendición.

Ayúdanos a educar cristianamente a nuestros hijos y a amarnos el uno al otro con un amor sacrificado, tierno y puro. Concédenos el don de formar una familia verdaderamente cristiana que sea como una pequeña Iglesia doméstica. Te pedimos por nuestros hijos: que crezcan sanos de cuerpo y alma, que aprendan a amarre con sencillez y que nunca se separen de Ti. Tuyos son pues Tú nos los has dado y si quieres llamar a tu servicio alguno de ellos, regalándole el don de la vocación, nosotros ofreceremos gustosos el sacrificio que imponga su lejanía física. Más aún, te rogamos que te dignes poner tu mirada en nuestro hogar, eligiendo a uno de nuestros hijos como el mayor don que podrías hacernos, ya que tenemos la certeza de que ser feliz contigo y hará un gran bien a la Iglesia con su vida entregada a Ti y a tu Reino.

Oración de una madre a Dios para pedirle un hijo sacerdote

Señor, que suba hoy hasta Ti una súplica que es la ilusión de mi vida. Concédeme la gracia de que algún día llegue a ser la madre de un sacerdote.

Conozco que tus designios son impenetrables, que tienes predestinados a tus escogidos; a ello me someto humildemente. Sin embargo, recibe mi súplica. Hoy me atrevo a pedirte que un hijo mío continúe tu obra redentora en la tierra, perdone los pecados en tu nombre, pueda tenerte en sus manos y darte a las almas; bautice a niños y a adultos paganos, abra la puerta del cielo a los moribundos. Sea gota de rocío celestial sobre este mundo atormentado, sea otro Cristo.

No rechaces este sueño que nunca me abandona. Es visión divina que llena mi alma de inefable dulzura. La visión de un hombre levantando a su Dios en el altar, de un hombre que llevaría mis facciones, de un hijo que Tú me habrías dado, de un sacerdote que yo te habría devuelto.
Todo por Ti, aun cuando para esto tuviera que estrujar mi corazón de madre.

Señor, te lo pido por María, madre del primer sacerdote. AMEN.

Oración por las Vocaciones de Juan Pablo II

Padre Bueno, en Cristo tu Hijo nos revelas tu amor, nos abrazas como a tus hijos y nos ofreces la posibilidad de descubrir, en tu voluntad, los rasgos de nuestro verdadero rostro.

Padre santo, Tú nos llamas a ser santos como Tú eres santo. Te pedimos que nunca falten a tu Iglesia ministros y apóstoles santos que, con la palabra y con los sacramentos, preparen el camino para el encuentro contigo.

Padre misericordioso, da a la Humanidad extraviada, hombres y mujeres, que, con el testimonio de una vida transfigurada, a imagen de tu Hijo, caminen alegremente con todos los demás hermanos y hermanas hacia la patria celestial.

Padre nuestro, con la voz de tu Espíritu Santo, y confiando en la materna intercesión de María, te pedimos ardientemente: manda a tu Iglesia sacerdotes, que sean testimonios valientes de tu infinita bondad. ¡Amén!

CUATRO ORACIONES POR LAS VOCACIONES
I

Jesús que sientes compasión al ver la multitud que está como ovejas sin pastor, suscita, en nuestra Iglesia, una nueva primavera de vocaciones.

Te pedimos que envíes: Sacerdotes según tu corazón que nos alimenten con el Pan de Tu Palabra y en la mesa de Tu Cuerpo y de Tu Sangre; Consagrados que, por su santidad, sean testigos de Tu Reino; Laicos que, en medio del mundo, den testimonio de ti con su vida y su palabra.

Buen Pastor, fortalece a los que elegiste; y ayúdalos a crecer en el amor y santidad para que respondan plenamente a tu llamada.

María, Madre de las vocaciones, ruega por nosotros. Amén.

II

Señor Dios, Padre Celestial, Tu Hijo Jesucristo nos dijo: “La mies es abundante, pero los obreros pocos. Pedid al dueño de la mies que envíe obreros a su mies”. Animados por estas enseñanzas, te pedimos que envíes a tu Iglesia, numerosas y santas vocaciones para el sacerdocio, a la vida religiosa y al apostolado laical. Consérvales fieles en su ministerio hasta el fin; y concédeles, por tu Espíritu Santo, un gran amor a Dios y a los hermanos, para que en su ministerio y en su vida busquen solamente tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

III

Dios, Padre y Pastor de todos los hombres, Tú quieres que no falten hoy día, hombres y mujeres de fe, que consagren sus vidas al servicio del evangelio y al cuidado de la Iglesia.
Haz que tu Espíritu Santo ilumine los corazones, y fortalezca las voluntades de tus fieles, para que, acogiendo tu llamado, lleguen a ser los Sacerdotes y Diáconos, Religiosos, Religiosas y Consagrados que tu Pueblo necesita.

La cosecha es abundante, y los operarios pocos. Envía, Señor, operarios a tu mies. Amén.

IV

Señor Dios, Padre Nuestro, te damos gracias por los sacerdotes, que son un regalo y un signo de tu amor.
Ellos nos manifiestan tu corazón bueno y rico en misericordia, nos ofrecen la salvación de Jesús y nos ayudan a vivir en el Espíritu Santo.
Concédenos pastores según tu corazón, bendice a los seminaristas, y haz que no falten en la Iglesia niños y jóvenes que sigan la vocación sacerdotal. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.