
Vocación Sacerdotal
HE PENSADO SER SACERDOTE
¿Qué es la vocación sacerdotal?
La vocación es un misterio de amor entre Dios que llama al hombre con amor y un hombre que le responde libremente y por amor. Sin embargo, la vocación al sacerdocio no es simplemente un sentimiento. Más bien es una certeza interior que nace de la gracia de Dios, que toca el alma y pide una respuesta libre. Si Dios te llama, la certeza irá creciendo en la medida de que tu respuesta vaya siendo más generosa. La llamada al sacerdocio pide al hombre que la recibe, dedicar su vida a facilitar que sus hermanos vivan más cerca de Dios. Ha sido llamado para realizar un humilde servicio a favor de toda la humanidad.
Al ser ordenado sacerdote: se recibe el Sacramento del Orden, quedando preparado para prestar su cuerpo y su espíritu, o sea todo su ser, al Señor. Actuará sirviéndose de él especialmente en aquellos momentos en los que celebra la Eucaristía y se realiza el Sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo y cuando, en nombre de Dios, en la Confesión sacramental, perdona los pecados, predica la Palabra de Dios y celebra para la comunidad los demás sacramentos.
Todos tenemos vocación
Sí, todos hemos sido creados por Dios con un propósito y un fin. Dios ha querido para cada uno un proyecto único e irrepetible, pensado desde toda la eternidad: “Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré” (Jeremías 1, 5).
El Catecismo de la Iglesia Católica habla de la vocación a la bienaventuranza, en definitiva, a la santidad. A la unión con Dios que nos hace participar de Su felicidad y nos ama con totalidad y sin condiciones. La vocación común de todos los discípulos de Cristo es la vocación a la santidad y a la misión de evangelizar el mundo.
Dios invita a cada uno a recorrer la vida junto a Él por un camino concreto. A algunos los llama a la vocación sacerdotal, a otros a la vida religiosa, y a los laicos, los llama a encontrarle en la vida ordinaria, por regla general a formar una familia mediante el sacramento del matrimonio, que es también un camino de santidad.
¿Cómo saber si tengo vocación sacerdotal?
Mira este video corto del Papa Francisco
Es una buena pregunta, especialmente en personas jovenes. Dios llama a todos y a algunos con una misión específica, pensada personalmente para ellos: «Cada uno por su camino», dice el Concilio. Cada cristiano debe discernir su propio camino y sacar a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él, que siempre es para el servicio de Dios y de los hermanos y hermanas. No es un descubrimiento sicologico o sentimental, es una llamada personal de Dios. Pero cómo saber si tendré las fuerzas para responder. San Agustin te responde. “El mismo que te llama, te da la fuerza para responder” (Sermón 169).
La herramienta que tenemos los cristianos para descubrir nuestra vocación y si es esta la vocación al sacerdocio o no, es la oración. La oración es absolutamente necesaria para la vida espiritual. Este diálogo con Dios permite que el espíritu se desarrolle y descubra el camino hacia el que Dios nos llama.
La oración para el discernimiento vocacional
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En la oración se actualiza la fe en la presencia de Dios y de su amor. Se fomenta la esperanza que lleva a orientar la vida hacia Él y a confiar en su providencia. Y se agranda el corazón al responder con el propio amor al Amor divino. Nuestro ejemplo es Jesús, que ora antes de los momentos decisivos de su misión. Con su oración, Jesús nos enseña a orar, a descubrir la voluntad de nuestro Padre Dios y a identificarnos con ella. Además, como recomienda el Catecismo, en el momento del discernimiento vocacional puede ser de gran ayuda la figura del director o acompañante espiritual, es decir, aquella persona a la cual nos podemos confiar y a la que abrimos nuestro corazón y que nos ayuda a descubrir la voluntad de Dios.
Signos de una vocación sacerdotal
El deber de suscitar vocaciones incumbe a toda la comunidad cristiana, que con su oración y su acogida, apoya este compromiso.
Por eso rezamos juntos después de cada Misa la Oracion por la Vocaciones. Para descubrir tu vocación sacerdotal no hay reglas absolutas. Cada caminante sigue su camino. Se puede, sin embargo, tener en cuenta algunos aspectos o rasgos generales que ayudan a discernir si un hombre está siendo llamado por Dios al sacerdocio. “El discernimiento vocacional no puede reducirse al equilibrio interior, sino que exige una apertura radical al Misterio de la llamada divina.”. No es solo cuestion de sentimientos, que muchas veces son subjetivos y de momento, hay un hecho de fondo. Dios que actua en el corazon y mueve el alma a la respuesta.
1. Interiores
Son las mociones, soplos, que el Espíritu Santo suscita en el alma del que está llamado. Entre ellos destacan:
Deseo profundo de servir a Dios y a la Iglesia, de manera estable y total: “¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!” (1 Cor 9,16).
Amor y deseo de una vida de oración, sacramentos y de meditación de la Palabra de Dios, que no lleva a estar muy a gusto con lo sagrado y a buscar el trato íntimo con Cristo.
Amor por Cristo crucificado y disponibilidad para configurarse con Él en la entrega y el sacrificio.
Rectitud de intención. Es decir, querer ser sacerdote no por honores, seguridad o poder, sino por servir y salvar almas.
Equilibrio afectivo y madurez humana, que permitan un celibato vivido con alegría y libertad interior, como un don o regalo divino.
“El sacerdocio no es una carrera, sino un don y un misterio” (San Juan Pablo II, Don y Misterio)


2. Comunitarios
La vocación no es algo meramente individual, que cada uno decide sólo, sino que la Iglesia es la que discierne: es decir es su seno, dentro de ella, se llega a descubrir plenamente.
Reconocimiento por parte de la comunidad cristiana: los fieles y los pastores perciben en la persona virtudes evangélicas y capacidad de servicio.
Aceptación eclesial: el obispo y los formadores del Seminario verifican la autenticidad del llamado. Para eso existe un proceso vocacional.
Vida de comunión: quien se siente llamado al sacerdocio ama a la Iglesia, obedece a sus pastores y colabora fraternalmente con ellos
“Nadie se da a sí mismo el sacerdocio; sólo Dios llama y la Iglesia confirma” (cf. Presbyterorum Ordinis, 2).
3. Apostólicos y pastorales
El corazón sacerdotal se expresa en el servicio concreto:
Gusto por evangelizar, catequizar, acompañar, consolar y reconciliar.
Caridad pastoral, que significa sensibilidad hacia los más pobres, los enfermos, los alejados, los jóvenes y todos los que sufren en el alma o en el cuerpo.
Deseo de ofrecer la vida como mediador entre Dios y los hombres.
Obediencia y docilidad al querer de Dios, manifestado en los superiores y en la misión.
“El sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres, pero puesto a favor de los hombres en las cosas que se refieren a Dios” (cf. Heb 5,1).

Gusto por las cosas de Dios
El amor a la Iglesia y a la Eucaristía, son los signos más claros de la llamada al sacerdocio. El gusto por las cosas de Dios, puede llegar súbitamente como un magnífico descubrimiento a partir de un encuentro con Cristo, o haberse percibido a lo largo de toda la vida desde pequeños, inculcado por nuestra familia. explica: Santo Tomas de Aquino que “El don de sabiduría nos hace gustar las cosas de Dios, porque juzgamos de ellas según el amor divino.” (Santo Tomas)
Amor a la Iglesia:
El sacerdote trabaja a tiempo completo por el Pueblo de Dios, toda su vida, en una apasionada entrega a la Iglesia, en el lugar que disponga sus superiores.
Amor a la Eucaristía:
Busca estar junto al sagrario, participar en la santa Misa, comulgar a diario o regularmente y vivir siempre en la gracia de Dios.
Podemos decir que el fin del ministerio sacerdotal es lograr que todos los hombres vivan en Gracia de Dios y así se salven eternamente. Para eso vivió, murió y resucitó Jesucristo. Vocación tardía al sacerdocio.
Cuando se descubre la llamada
Cada uno tiene su propia historia y recibe de modo particular el llamado del Señor a seguirle. En la mayoría de los casos esa llamada se descubre en la juventud, a participar en las parroquias, siendo monaguillo, o en diversos movimientos y grupos de apostolado dentro de la Iglesia. Algunas personas sienten el llamado ya en época adulta. Son generalmente pocos, pero para ellos también la Iglesia abre caminos.
Los Peros…que pueden venir
Pero yo estoy aún en la educacion superior. Hay casos y casos. A algunos se les conviene terminar esos estudios. A otros se le aplican más radicalmente las palabras del Jesús al joven rico: deja todo y sígueme.
Pero es que estoy pololeando. Habrá que saber si el camino matrimonial es el tuyo. ¿Por qué el Señor te mete esta idea del sacerdocio que implica dejar a la polola? Puede ser una llamada.
Pero es que me gustan mucho las mujeres. Es un signo de madurez que es plenamente coherente con la llamada al sacerdocio. Si no te gustaran no podrías entrar al seminario
Pero es que me gusta viajar. En realidad, un sacerdote viaja poco y cuando lo hace es – en general – por razones pastorales o de descanso.
Pero es que soy muy apegado a mi familia y especialmente a mi mamá. Podrás seguir estándolo, porque eso es bueno, pero como Jesus, puede pedirte dejarás a tu madre y a tu padre para ir a anunciar el evangelio, como sucedió a los apóstoles.
Pero es que me gusta mucho tener cosas, especialmente de tecnología. Tendrás las necesarias para el servicio de Dios y los hermanos
En realidad, podrá haber muchos “peros”. Pero lo importante es que Dios pasa y no vuelve atrás. Mira lo que dijo San Bernardo, “Timeo Deum transeuntem et non revertentem” Es decir, me preocupa que Dios este pasando por mi vida y no se si volverá a pasar.(Sermón sobre el Cantar de los Cantares Sermón 74,)
Textos para meditar
A continuación tienes cinco pasajes evangelísticos que narran la llamada vocacional que Jesús hace a distintas personas para que lo sigan y participen de su misión. Cada texto está tomado directamente de los Evangelios y se citan los documentos de los que provienen.
La llamada de Simón (Pedro) y Andrés – Mateo 4, 18‑22
“Al pasar junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban la red al mar, pues eran pescadores. Entonces les dijo: ‘Síganme, y haré que sean pescadores de hombres.’ Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron”
La llamada de Simón (Pedro) y Andrés – Marcos 1, 16‑20
“Al pasar junto al mar de Galilea vio a Simón y a su hermano Andrés echando la red al mar, pues eran pescadores. Entonces Jesús les dijo: ‘Síganme, y haré que sean pescadores de hombres.’ Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca reparando las redes; los llamó y dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y le siguieron”.
La llamada de Leví (Mateo) – el recaudador de impuestos – Marcos 2, 14‑15
“Jesús volvió a pasar junto al mar; una gran multitud se agoló alrededor de él, y él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en la colecta de los impuestos, y le dijo: ‘Sígueme.’ Leví se levantó, dejó la colecta y le siguió”.
La Gran Misión – llamado a todos los discípulos – Mateo 28, 19‑20
“Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a observar todo lo que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.
El anuncio del Reino y la invitación al arrepentimiento – Marcos 1, 14‑15
“Después de que Juan fue arrestado, Jesús vino a Galilea proclamando la buena noticia de Dios, diciendo: ‘El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; arrepentíos y creed en la buena noticia”.
Documentos del Magisterio de la Iglesia

• El don de la vocación presbiteral (Congregación para el clero 2016) Establece la estructura fundamental de los Seminarios
• Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis (San Juan Pablo II 1992) Sobre la naturaleza del sacerdocio, la vocación sacerdotal y la formación sacerdotal
• Carta de Benedicto XVI a los seminaristas (2010)
• Carta Apostólica “OrdinatioSacerdotalis” (San Juan Pablo II 1994) Sobre la ordenación sacerdotal reservada a los hombres
• Encíclica “Sacerdotalis Caelibatus”. (San Pablo VI 1967) Sobre el celibato sacerdotal
• Decreto “Optatam Totius” (Concilio Vaticano II 1965) Sobre la formación sacerdotal
• Decreto “Presbyterorum Ordinis” (Concilio Vaticano 1965) Sobre el ministerio y vida de los presbíteros
• Carta Apostólica “Summi Dei Verbum” (San Pablo VI 1963) Sobre los Seminarios y la naturaleza de la vocación
• Encíclica “Sacerdotii nostri primordia” (san Juan XXIII 1959) Sobre el santo cura de Ars
• Exhortación Apostólica “Mentinostrae” (Pío XII 1950) Sobre la santidad de la vida sacerdotal
• Exhortación Apostólica “Harent Animo” (San Pío X 1908)
Sobre la santidad del clero
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Lunes a Domingo. 11:00 am. a 12:30 pm.

Y si despues de todo, crees sinceramente que tienes vocación, repasa estas cortas preguntas y sus respuestas.
PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE LA VOCACIÓN SACERDOTAL
1. ¿Quién es el sacerdote?
ES EL HOMBRE ESCOGIDO POR DIOS desde toda la eternidad, para que unido con Cristo, por el sacramento del orden, continúe en su Iglesia la obra de salvación.
2. ¿Cuál es la misión del sacerdote?
ENTREGAR LA SALVACIÓN QUE JESÚS NOS CONSIGUIÓ CON SU MUERTE EN LA CRUZ por medio del anuncio del Evangelio, la celebración de la Santa Misa, la confesión y demás sacramentos.
3. ¿Qué caracteriza al sacerdote diocesano?
En comunión con su Obispo EJERCE SU TRABAJO PASTORAL en favor del pueblo cristiano, en un determinado territorio de la Iglesia que se llama Diócesis.
4. ¿Por qué lo sacerdotes no se casan?
PORQUE SIGUEN EL EJEMPLO DE JESÚS QUE NUNCA SE CASÓ y se dedicó en cuerpo y alma a dar Gloria a Dios y Salvar las Almas.
5. ¿Quién llama a ser sacerdote?
Así como JESÚS llamó a sus doce apóstoles hace dos mil años atrás, HOY SIGUE LLAMANDO EN SU IGLESIA A VARONES a dejarlo todo y seguirlo, para que continúen su obra de salvación.
6. ¿Cómo saber si Jesús me llama al Sacerdocio?
Primero que todo debes ser un hombre de oración, un hombre que conversa diariamente con Jesús.
Pregúntale a Jesús… ¿QUÉ QUIERES DE MÍ? ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA CON LA VIDA QUE ME HAS REGALADO?
7-. ¿Qué debo hacer si siento deseos de ser sacerdote?
Hablar con un sacerdote para que te ayude a conocer la voluntad de Dios… Y Comunicarte con nosotros… SEMINARIO MAYOR SAN PEDRO APÓSTOL.
8. ¿Dónde se preparan los sacerdotes?
LOS SEMINARIOS SON LA CASA DE FORMACIÓN donde los futuros sacerdotes de Cristo se preparan con una intensa vida de oración y estudio.
9. ¿Cuál es el objetivo de nuestro Seminario Mayor San Pedro Apóstol?
El Seminario Mayor se preocupa de formar sacerdotes según el Corazón de Cristo Buen Pastor, al servicio de nuestra Iglesia en la Diócesis de San Bernardo.
10. ¿Hay que pagar una matrícula o mensualidad?
NO HAY NADA QUE LOS SEMINARISTAS DEBAN PAGAR. Su mantención, que incluye comida, servicios generales, profesores, etc. es asumida por el propio Seminario, sin perjuicio que las familias de los seminaristas, dentro de sus posibilidades, puedan colaborar en la formación de su hijo.
Y Ahora, ¿qué hacer?
Contáctate con el Rector y los otros sacerdotes que trabajan en el Seminario o habla con tu párroco u otro sacerdote de tu confianza. Puedes pedir consejo a quien creas conveniente, quizá a tu padre, a un amigo de mucha confianza.
El Seminario Mayor San Pedro Apostol es una institución de la Iglesia Católica que peregrina en la Diócesis de San Bernardo, que, en plena fidelidad al Evangelio, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, busca servir en el discernimiento y formación de las vocaciones a la vida sacerdotal.
Contáctanos, Seminario Mayor San Pedro Apóstol:
Dirección: Mateo de Toro y Zambrano 112, San Bernardo, Región Metropolitana, Chile.
Fono: 228572199
Correo: smsanpedroapostol@gmail.com
O puedes escribir a pvocacionalseminario@gmail.com
Whatsapp: +56 9 7106 8376


